señor , si , señor!!

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Monserrat conviviendo con Chapultepec 09

Monitor y Letras

Alienación por las letras

lunes, 21 de septiembre de 2009

Perruneses


"quisiera ser la persona que mi perro cree que soy"

Los perros. Fieles compañeros en los peores momentos y receptores de energía en los buenos ratos. Los hay de todo tipo; chicos, grandes, de raza, criollos, latosos, tranquilos, etc. Pero todos tienen una cosa en común, todos son los mejores amigos que se pueden tener.

Hasta hace poco, hacía mentalmente un recuento de todos los perros que han pasado por mi vida y recordaba como cada uno de ellos tiene un lugar muy especial en mi corazón y en mi historia. Nunca me olvidaré de ellos. Todos han sido los más queridos, y los más extrañados.

Recuerdo a Chivigón, el fox terrier, por ser el perro mas veterano, aquel con el que jugabamos a las escondidillas, el que nos acompañaba a la tienda cargando su vejez encima, al que le dabamos mi hermana y yo besos en el hocico sin importar que estuviera sucio.Cuentan las malas lenguas, que Chivi tenia pedigree, a lo cual a mis tres años de edad respondi "es que nunca lo bañan". Chivigón que en cada cuadra de la colonia tenía un nombre diferente gracias a sus vagancias, en la carnicería le llamaban pinto, los niños le decían apache, otros cuantos le llamaban chaparro, pero el siempre supo, desde el fondo de su corazón, que su nombre era Chivigón. Murió a los quince años, y todos lloramos su ausencia, a fin de cuentas, era un miembro de la familia.

Recuerdo también a Canica, una perrita maltés, hermosa, obediente y educada. Chismosa como ella sola. No tengo una memoria clara de ella haciendo travesuras, siempre fue muy bien portada y entendida. Llego en mi adolescencia y sirvió para distraerme de todos los dramas juveniles que se sucitaban a mi alrededor. Llenó la casa de alegría cuando nacieron sus cachorros, y dejo llanto y mi tristeza cuando desapareció de la casa. Algunos cuentan que se la robaron, iba embarazada. Espero que haya tenido una buena vida, a la que ella estaba acostumbrada, aún así , Canica ( o canseca, caniquita) siempre siguió las reglas perrunas de la casa: no meterse, no subirse a los sillones, no dormir adentro, mucho menos dormir en mi cama, no comer las sobras, etc. Este donde este canica se le extraña.

Después, recuerdo al mejor perro que he tenido, aquel compañero que literalmente lloraba conmigo, llego a mi vida en una época donde más necesitaba consuelo y amistad incondicional. Así es como recuerdo al Tango. Cocker inglés blanco con manchitas cafés. Loco de remate, atrabancado, artístico, de paladar exigente. Como olvidar al perro que me hacía reir con sus tonterías, al que me hacía feliz con su ternura y su protección y de vez en vez me hacía enojar con sus necedades y excentricidades.
Raro ver un perro, llenarse el hocico de croquetas, sacarlas del plato y comerlas del suelo, o como olvidar la maña preferida de mi Tango, sentarse en los pies de mi hermana y mirarla desde abajo. Mordía las llaves, mordía los recibos, se comía las mantecadas con todo y papel, se subia a los sillones y corria de uno a otro, nunca maduró. Bueno, tan especial mi perro, que tocaba el piano cuando nadie lo veía, se subia a la silla y ponía sus dos patas en las teclas de mi piano. Intentaba aprender de menos. Cuando me disponía a respasar mis lecciones de piano, Tango se quedaba acostado debajo de la silla, tranquilo y guardián, durmiendo ante mis tropiezos en la música y arrullandolo con mis bien tocadas obras. Víctima muchas veces del coraje de mi familia, le llamaban "castroso", mi madre le recitaba el refran "mucho miedo y poca madre", Tango no gustaba de caminar sobre el pasto, Tango fue mi mejor perro. El día que se fué, llore desde lo más profundo de mi alma, y los dias que siguieron, segui llorando su ausencia, extrañaba su nariz de goma, su cola de muñon y sus orejas que parecian un bisteck de bola. Aun no perdono totalmente a mi madre por haberlo alejado de mi, ella lo regalo al jardinero bajo el pretexto de que Tango hacia desmanes. Ahora nos comentan que es feliz, y que corretea a las gallinas donde está. Yo preferiría, que Tango estuviera conmigo. Tango, mi perro lindo, mi chiquito precioso, mi bebe chulo, mi nene hermoso, siempre vivira en mi corazon. No hay un solo día que yo no lo recuerde. Fue la mejor ayuda cuando mas necesité un amigo, lloro conmigo y fue feliz conmigo.

Recientemente, ha llegado a mi casa Milka, la schnauzer miniatura. Aquella perrita que me ha sacado de la neurosis cronica en la que vivía. Ha llegado en la mejor etapa para distraerme con sus travesuras y conmoverme con sus negros y redondos ojos. Su nombre literato a propósito del cuento de Chejov. Milka llora cuando me retiro del cuarto. Milka ha roto todas las reglas perrunas de la casa; duerme en mi cama, vive adentro de la casa, sube a la cama de mis papás a cualquier hora. Da miki chula, mi perrita pisiosa, nena, la beba chula, mi bebe. Milka me ha ayudado a tranquilizarme, y ha sobrevivido junto conmigo el trauma de una inundación en la colonia. Milka duerme mucho y se tranquiliza cuando la cargo y la beso, se pone feliz cuando me ve llegar y se pone a llorar cuando me alejo de ella. Milka duerme con la tranquilidad de que nunca la dejaré sola y que nunca la dejaré de querer.

Los perros, despiertan sentimientos profundos en nosotros, lloramos cuando les pasa algo, y nos hacen felices a todas horas. Siempre he dicho que no hay perro feo. Todos ellos son excepcionales, son fieles, son cariñosos y hermosos. Tienen fé en que sus dueños harán lo posible por hacerlos felices. Aún conservan la esperanza de encontrar bondad en los seres humanos. El perro es el mejor amigo del hombre. Por eso, repito la frase que vi escrita en una playera que se encontraba a la venta en la expo can 09 "Quisiera ser algún día, la persona que mi perro cree que soy"...

Gracias por los perros!!!

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